Fecha de publicación: Apr 11, 2016 6:43:2 AM
Está lloviendo menos que un año normal, pero las precipitaciones que se están registrando en la provincia de Córdoba están llegando en los momentos críticos para los cultivos y están permitiendo salvar las siembras y mejorar el estado del olivar, pero también de la vid y los leñosos. El lunes se registraron 39,6 litros por metro cuadrado en la ciudad de Córdoba, aunque estas precipitaciones fueron generalizadas en toda la provincia, superándose los 50 litros en municipios de las Sierras Subbéticas. Pese a esto, la capital cordobesa acumulaba hasta las lluvias del lunes pasado un déficit hídrico de 188,4 litros al contabilizarse únicamente 290,4 litros desde el 1 de septiembre. En el pantano de Guadanuño se llevaban 238,4 litros menos de lo normal, en Montoro se registraban 157 menos y en Benamejí habían caído 141,4 menos. Y es que salvo enero y octubre el resto de los meses del actual año agrícola iniciado en septiembre han sido secos o muy secos por las bajas precipitaciones. El delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, asegura que las lluvias caídas esta semana han sido las "deseadas" por el agricultor. "Le vienen muy bien a las siembras, a las encinas, a los olivos o la viña", dice Zurera, que considera que, pese al déficit pluviométrico, "está lloviendo cuando más lo necesita el campo". Además, el representante de la Junta explica que las precipitaciones no están planteando problemas de erosión.
El presidente de Asaja, Ignacio Fernández de Mesa, dice que hay que hablar de "inmensa suerte" que se registraran 40 litros en un día. "Al olivar le viene de maravilla. Los herbáceos mejorarán su estado y para la viña también es muy positivo", señala. Sin embargo, asegura que los agricultores han de estar vigilantes ante la posibilidad de que se extiendan los hongos y enfermedades con la subida de las temperaturas. "Hay que vigilar el repilo, la septoria o la roya para controlar su propagación", indica.
El secretario provincial de UPA, Miguel Cobos, remarca que las lluvias "han sido las primeras que han beneficiado de forma positiva a los cultivos en todas las comarcas". "Ha sido muy beneficiosa, sobre todo para los cereales, pero también para los cultivos permanentes. Viene muy bien para la nascencia del girasol o el maíz o para preparar la tierra para sembrar el algodón", añade.
Por su parte, la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero destaca que el agua era ya "muy necesaria". "Ha venido muy bien para todos los cultivos o para la siembra del melón", indica Quintero.
Desde el inicio del año agrícola, los meses en los que se contabilizaron más lluvias en Córdoba fueron octubre, con 80,7 litros; noviembre, con 55,3 y enero, con 53,1. Por el contrario, cuando menos llovió fue en septiembre (7,4 litros), diciembre (19,2) y marzo (36,4).